¿Es necesario que las PyME tengan su propia App?

Contar con presencia activa en los nuevos canales digitales de comunicación y ventas que han surgido en la última década, se ha convertido en una práctica usual en las empresas PyME, que utilizan estos canales como nuevos puntos de contacto con sus clientes. Las Redes Sociales son un ejemplo ineludible en este aspecto, pero la lista es amplia: Sitios web, Email marketing, SMS, o los software de gestión de relación con los clientes, son algunos ejemplos de los canales digitales que ya son de uso común en las PyME.

Sin embargo, de la mano del auge de los dispositivos móviles como smartphones y tablets, en los últimos años se ha consolidado el avance definitivo de las aplicaciones móviles, comúnmente llamadas “Apps”. Y no sólo por el extenso uso que hacemos de ellas todos los usuarios, sino porque la mayoría de las empresas han comenzado a preguntarse si es necesario ofrecer algún tipo de App a sus clientes. Y en muchos casos, la respuesta es afirmativa.

El uso de Apps para ofrecer catálogos de productos, con carrito de compras incluido, está creciendo entre aquellas empresas o comercios que quieren apostar por un nuevo canal de ventas que tiene un gran atractivo: en la mayoría de los casos, una App se utiliza desde un Smartphone, el dispositivo que acompaña todo el día al cliente. Contacto directo en un entorno que forma parte de la vida diaria de cada uno de nosotros. Saber crecer en este segmento es vital para quienes trabajan en los sectores de ventas y marketing.

Del mismo modo que las campañas de marketing por Email pueden servir para reunir una gran colección de emails, las famosas “bases de datos de emails”; contar con una App propia puede ser una gran fuente de información del comportamiento de los usuarios, ya que es cada vez más común integrar en las mismas funcionalidades que nos permiten conocer ubicación, contactos, número de teléfono, y casi toda la información que quien se descarga la App permita compartir. Y los usuarios solemos ser bastante flexibles a la hora de otorgar permisos a las Apps, una conducta poco prudente y que genera muchos debates, pero que a los propietarios de las Apps les permite hacerse de información útil comercialmente.

De lado de las desventajas, podemos decir que desarrollar una App a medida es más costoso que construir un sitio web y ni hablar si lo comparamos con las Redes Sociales. Sin embargo, los costos siempre son relativos a las funcionalidades que deseamos incluir. Una App sencilla puede valer lo mismo que un sitio web medianamente complejo. Aunque en términos generales, y simplificando al máximo, el desarrollo de una App con estándares de seguridad y performance aceptables, requiere una inversión acorde.

Sin dudas, cada día que pasa, vemos que más empresas ofrecen sus propias Apps para clientes y consumidores, y es tiempo de preguntarnos si en el corto o mediano plazo será necesario ofrecer nuestros productos o servicios a través de este nuevo (y ya no tanto) canal de ventas y comunicación. Es el momento ideal para anticiparse a una tendencia que no para de crecer.

Por Bruno Palmieri.

Nota publicada en la revista “Nosotros” de la Corporación del Comercio, Industria y Servicios de Bahía Blanca,  edición diciembre 2015.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *